
En estas últimas mañanas me he encomendado a la tarea de observar las salidas de sol, el ver como sus rayos producen colores y figuras con las nubes en el cielo y como cruzan a través de las hojas de las grandes palmeras que se elevan en los patios de las casas de espaldas a la mía. Y a pesar de que a diario sale el sol por el mismo lugar, y a diario es el mismo sol y el mismo ángulo desde donde lo observo, nunca se repite la misma escena, es grandioso y fascinante como a pesar de las similitudes siempre habrá diferencias que nos deslumbran día a día.