En estas últimas mañanas me he encomendado a la tarea de observar las salidas de sol, el ver como sus rayos producen colores y figuras con las nubes en el cielo y como cruzan a través de las hojas de las grandes palmeras que se elevan en los patios de las casas de espaldas a la mía. Y a pesar de que a diario sale el sol por el mismo lugar, y a diario es el mismo sol y el mismo ángulo desde donde lo observo, nunca se repite la misma escena, es grandioso y fascinante como a pesar de las similitudes siempre habrá diferencias que nos deslumbran día a día.
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4 comentarios:
Y que maravilloso es ver la salida del sol, verdad? es lo que tu dices, nunca son iguales y siempre, siempre, nos sorprende por su belleza tan cambiante.
Un abrazo
Nerim
Si ya lo decía yo, que no existe la rutina, cada día siempre va a haber algo nuevo, algo diferente, un comentario distinto, un gesto distinto..., ¡si hasta la naturaleza no entiende de rutinas!
Sigue disfrutando, Brisa, de las salidas de sol y recuerda que tú también eres un sol que amanece cada día.
Un besote
Te he dejado una tarea en mi blog, pero no es obligatoria. Muakis.
Es que es fascinante como nuestro estado de ánimo influyen en la observación...
Besos
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